miércoles, 20 de marzo de 2013

El oro también nos pertenece…

Muchos han pensado que el contrato con la empresa minera Barrick Pueblo Viejo es eterno, como un matrimonio celebrado por la iglesia frente a un sacerdote, sin disolución. 


Pero un matrimonio como este, que desde el cortejo por conseguir que la muchacha le eche el ojo, fue distorsionado, chantajeo al padre, a la madre y a los familiares cercanos, corrió el dinero y no se percataron las ulteriores ambiciones de este corrupto hombre con experiencias de haber engañado a otras doncellas. 

Un hombre que todos saben que engañaría desde que le den la oportunidad, y que incumplirá lo prometido frente al altar. Los familiares de este, aportaron a que se saldrían con las suyas, que los familiares no se opondrán al dictamen del padre. 

La Barrick Pueblo Viejo ha incumplido con lo pactado, no quiere que ni por asumo le toquen lo que por dinero le corresponde. 

Señor presidente, si en Bolivia, en Venezuela y en otros países de nuestra América sufrida han enfrentado al gran capital y han nacionalizado las empresas que entienden son patrimonios del colectivo ¿Por qué usted que estos empresarios se ajusten a las políticas actuales de su gobierno? 

Desde el pasado 27 de febrero, usted frente a la nación dio una voz de alerta, y de alivio a la población de que no estás sola, ahora le pedimos a usted actué en consecuencias, el pueblo lo va a respaldar. 

Hemos sobrevivido a otras situaciones de mayor problemáticas y aquí seguimos de pie, resistiendo los embastes del tiempo de las políticas del gran capital.

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