Por Eugenio Sanó Bretón
Muchos
políticos y líderes de organizaciones sociales, cuando consideran necesario el
apoyo de la población, hacen promesas por montones. Aprovechan las necesidades y
problemas de la gente y le presentan creativas e increíbles formas de solución.
El
deseo de la gente de ver sus problemas resueltos y sus necesidades satisfechas
lo hace creer en las falsas promesas, pero más que esperanzarse en estos falsos
lideres, lo que hacen es ilusionarse.
La
esperanza se crea sobre la base de la confianza y esta a su vez nace por la
práctica cotidiana y la actitud responsable y solidaria que exhibe una persona
o institución. No podemos tener
confianza en alguien que no conocemos. Mucho menos en alguien que se ha
caracterizado por la mentira, irresponsabilidad y perversidad.
Me
pregunto, cómo puede crear esperanza un político o líder social que gana
posiciones sobre la base de falsas promesas, exhibiendo una práctica cargada de
mentira, enriqueciéndose rápidamente fruto de la corrupción administrativa y utilizando
sus influencias en el poder para garantizarse impunidad. Más que crear
esperanza lo que hace es ilusionar, que en otras palabras no es más que
distorsionar la percepción sensorial en los individuos y la población.
Lo
lamentable del caso es que estos personajes, han demostrado suficiente coraje
para chantajear y dejar ilusionados a los que necesitan de ellos. Al final logran
sus propósitos y los demás terminan como verdaderos ilusos, entendiendo el término,
de acuerdo al diccionario, como una persona que se deja engañar con facilidad
porque cree que todo el mundo actúa con buena voluntad.
Está
claro, el que ilusiona no tiene buena fe. Por ello la utilización de las
promesas que sabe que no va a cumplir. En otras palabras lo que hace es engañar
a los que desconocen su capacidad y su nivel de perversidad.
La
esperanza, diferente a la ilusión, está bien cimentada y solo la crean aquellos
que desde siempre han estado haciendo demostraciones de su capacidad,
sinceridad y vocación de servicio. También los que han crecido y desarrollado
fruto de su propio esfuerzo. Los que se han ganado una buena imagen y el favor
de la población por su práctica y actitud proactiva frente a los problemas.
Estos son los que siempre han cumplido y nunca se han auxiliado ni del
chantaje, ni de la mentira.
Necesitamos
más hombres y mujeres que creen esperanza en nuestros pueblos. No son
suficientes los actuales, pero también necesitamos que todos los capaces de
crear esperanza se lancen con coraje a liderar y defender los intereses de la
población. Necesitamos opacar y aislar del poder a esos explotadores corruptos
creadores de ilusiones
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