Contaminación ambiental Vs economía nacional

Nuestro amigo y hermano Jhonás, nos envía este artículo, lo publicamos para que sea comentado por ustedes.

Permiso para respirar


María Isabel Soldevila
maria.soldevila@listindiario.com

En 2006, la fundación Blacksmith alertó al mundo sobre la grave contaminación en 10 puntos del planeta.

Paraíso de Dios, un lugar cuyo nombre que remite al Edén perdido lo convirtió en una gran ironía, resultó entre los elegidos en esa fatídica lista por el envenenamiento por plomo que podía afectar a una 85 mil personas, según reportes de la BBC de hace ya cuatro años.

Casi libre Paraíso de Dios de la amenaza tras intensos trabajos de limpieza y recuperación de la zona, Haina sigue siendo una demarcación que sufre un intenso bombardeo ambiental. Con una importante zona industrial que aporta 20 mil empleos directos y genera 34% de PIB nacional, según datos de la Asociación de Industrias y Empresas de Haina, y con la presencia de la refinería de petróleo, a los haineros residentes o visitantes les impacta la contaminación que emana de esas fuentes de trabajo, de los centenares de vehículos pesados que transitan por sus vías en continua reparación y de la basura que espera por el relleno sanitario prometido por sus nuevas autoridades.

La exposición continua al perenne polvillo del aire, al ruido incesante, a ese aire que desde el malecón del Distrito se percibe turbio, como una nube almidonada de tierra y quién sabe que otras partículas envenenadas tiene un impacto serio sobre la vida de los haineros.

Las áreas industrializadas se exponen siempre a convertirse en áreas de gran riesgo para la salud de habitantes y trabajadores por igual. Una mirada seria a una zona de gran belleza que merece mejor suerte llama a la acción conjunta de autoridades y de una clase empresarial que genera empleos pero que puede necesitar asistencia para mejorar las condiciones de vida de su entorno.

Si Haina descuida su futuro, pierde el país completo.