sábado, 11 de abril de 2020

Este año Judas no será quemado en Cabral.


Ángel Rafael Feliz

El grito estridente y ensordecedor de Jua, jua, jua, eh, lo mataron por calié,  emitido por cientos de cahúas no podrá ser escuchado en las calles de Cabral y menos el lunes en la tarde, cuando bajan el “Judas”  del obelisco ubicado en el parque central, para hacer el tradicional recorrido por los barrios, hasta culminar en el cementerio donde  es subido a  una tumba, para luego ser quemado.

Fue después de aquella Semana Santa del año 1952, que por primera vez, este personaje es llevado al cementerio a darle fuego, por la traición y venta del señor Jesús a sus verdugos y su caliezaje en tiempo de la dictadura.

En la  Semana Santa del año 1956, las autoridades de la Iglesia Católica, solo permitieron actividades religiosas el sábado santo, como los cachúas no eran parte de dichas actividades, entonces se disfrazaron domingo y lunes, después de ese año, el lunes se quedó establecido hasta ahora.

Anterior a esta fecha, la población colocaba al “jua” en una mata en el hoyo de los perros, donde la población descargaba toda su ira y frustraciones de todo un año, con armas de fuego, piedras, tirapiedras y luego era quemado.

En el año 1997 “jua” fue trasladado al obelisco del parque y colocado el domingo de ramos, para anunciar el carnaval y hacer un recorrido para que el pueblo conozca el rey del carnaval, desde la colocación  ese día hasta el lunes en la tarde, este “jua” se convierte en los ojos y oídos de todo cuanto pasa en su entorno.

Este Judas, que no se puede apartar de las tradiciones religiosas de la comunidad, es un elemento fundamental de las mismas.  No juega el mismo papel del foete, del disfraz, de la careta o de la cruz, que cada cahúas lleva en su espalda como símbolo del catolicismo.

El grito a coro de Jua, jua, jua, eh, lo mataron por calié, es el único estribillo entonado por los verdugos de “Judas” que sin  pensar y de  forma voluntaria piden fuego, para cobrar lo que le hizo al hijo de Dios y hacer catarsis de sus propias acciones durante todo un año.

Que bueno que Judas este año no será quemado y arrastrado por las calles del pueblo. Que bueno que el COVID-19 al igual que en otros escenario de la naturaleza ha permitido hacer una tregua.

Los cachúas tenemos que reflexionar y admitir que hemos cometido errores como lo hizo  Judas y aun seguimos en las calles, sin ser apedreados, arrastrados ni quemados por nuestras acciones.
Judas, este año te libraste de tan cruel destino.

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